Los objetos del pasado son testigos mudos de nuestra existencia. Muchos de ellos definen nuestra personalidad, otros los asociamos a épocas que nos marcaron. Todos, en mayor o menor medida, conservamos enseres personales que nos evocan recuerdos o provocan que nos invada la nostalgia. Sin embargo, hay veces en que la falta de espacio en casa nos obliga a tener que desprendernos de muchos de ellos. Ante esta situación, una buena solución es recurrir al alquiler de trasteros externos y convertir estos minialmacenes en una especie de santuario de recuerdos. ¡Piensa en todas las ventajas que esta opción puede ofrecerte!
¿Son buenos los objetos para recordar?
Los objetos trazan patrones que marcan nuestro curso vital y su continuidad en el tiempo, por eso a menudo nos sirven para recordar nuestra historia. Simbolizan momentos importantes, nos trasladan a vivencias pasadas y nos hacen revivir emociones.
Aunque a veces el acopio de estos tótems nos puede llevar a anclarnos y, tal vez, resulte beneficioso completar el duro ejercicio de desprendernos de ellos. Borrar esos rastros, según apuntan muchas tesis defendidas por importantes investigadores en el campo de la psicología, puede convertirse en un antes y un después que nos ayude a superar crisis personales.
Otros profesionales de este ámbito apuntan a que nuestras pertenencias cargadas de simbología son señas de nuestra identidad y que, al deshacernos de ellas, también estamos desechando en cierto modo una parte de nuestra vida y de nuestra historia. Por eso la clave radica en ordenar y clasificar esos objetos, pues conservarlos o apilarlos amontonados, en determinados momentos, puede llegar a inducirnos al caos.
Crea tu santuario de recuerdos en un trastero externo
Llegados a este punto, nos atrevemos a proponerte una vez más que recurras a estos trasteros externos para así poder conservar estas cosas que, realmente, no tienen ya utilidad en tu día a día, y acudir a ellas solo cuando lo necesites. Será como construir tu propio almacén de memoria donde todo aquello que tiene un valor sentimental para ti tendrá su sitio perfectamente asignado.
Fotografías, juguetes de cuando eras niño o de la infancia de tus hijos, tu traje de bodas, la entrada a tu primer concierto o incluso esa vieja camiseta que siempre te ha encantado y que sueñas con que algún día te la podrás volver a poner. Todo eso que ya no tienes hueco en casa donde meterlo, en uno de estos trasteros permanecerá perfectamente ordenado y dejará de ser un problema.
¡Piénsalo! No se trata solamente de construir tu santuario de recuerdos al que acudir o del que alejarte en el momento en que lo necesites. Desde el lado más práctico, será también todo un desahogo que te permitirá disfrutar en tu hogar de un ambiente más despejado y de un mayor espacio para el almacenamiento.